Esta escultura de gran sensualidad, realizada en mármol de Paros, está fechada entre 130 y 138 d.C. y representa al bello Antinoo de Bitinia (Asia menor), favorito del emperador romano Adriano que encargó la obra para que la figura de su amante estuviera en el Templo consagrado a Apolo.
Antinoo fue un joven de gran belleza del que se enamoró el emperador Adriano. Su traumática muerte en Egipto, se ahogó en el río Nilo el 30 octubre del 130 d.C. con tan solo 18 años de edad, sumió al emperador Adriano en un estado de profunda tristeza y soledad y lo trastornó de tal manera que le impulsó a perpetuar su memoria de manera obsesiva.
Antinoo fue deificado y se le rindió culto, se erigieron estatuas en su honor por todo el Imperio, se acuñaron monedas de curso legal con su efigie, se construyeron templos dedicados al nuevo dios, se levantó un mausoleo, el «Antinoeion», en la Villa Adriana de Roma, se organizaron juegos y fiestas en su honor, e incluso se fundó una ciudad, «Antinóopolis», en el mismo lugar en el que Antinoo se había ahogado y se dio su nombre a una constelación para poder recordarlo por las noches.
Antinoo. Museo Arqueológico de Delfos.
Su enigmática figura ha captado la atención de numerosos artistas y ha sido muy representado, especialmente en esculturas.
Antinoo. Museo de Delfos. © Guía de Grecia